sábado, 29 de julio de 2023

Sin detalles

Tras las elecciones generales del 23 de julio recupero un texto olvidado del primer y único concurso de microrrelatos, del año 2005, en la web de la Asociación de Amigos del Arte y la Cultura >> ddooss 


SIN DETALLES

Se desnudó con atrevimiento, en plena campaña infortunado con sus afectos, se había lanzado desde la tribuna. Los fanáticos enaltecían a los espectadores. A continuación, revivió el descenso por esquinas que le tiranizaban empotradas sobre los bordes. Ahora ya no se orientaba. No era tan evidente, sólo le quedaba rectificar. Había perfeccionado la candidatura, consciente de que obtendría más votos. Todos los dislates de los analistas competentes, como los de la mayoría de los especialistas, eran descubiertos, ante corporaciones de carácter incógnito, desde tarugos corrientes hasta maliciosos a carreras. Ya no conseguía saber a quién favorecer. Por fin comprendió que las mentiras vertidas le entristecían y se despreciaba por haberlas difundido.

Hasta los periodistas libres se mostraban perspicaces por ganar lo que habían intimado en las mansiones durante aquellas renovadas reuniones, y aún así no se habían agobiado nada al respecto. Y peor aún, enjabonaban las corrupciones. Un ciudadano fanatismo que le había debilitado, aunque fueran unos segundos, le quebrantó su representación. Imaginó que quería coger el autobús que estaba completo y, aunque ensalzaran a otro, antes tenía que rectificar algo. «¿De verdad voy a reconocer algo así?».

Giró por callejones sin borrachos y retrocedió sin descalabro hasta la glorieta. De allí corrió a una oscura calle situada justo en el extremo opuesto de la pérgola. Serenamente a nado ahora hacia las fuentes cerradas, su aspiración era exhibir que sus pensamientos se relegaban contra otras apetencias. Lejos de la ceremonia cambió bruscamente de dirección y se sentó en unos peldaños atiborrados de señoras. Las brillantes lumbreras cuchicheaban excitadas, según la luz que percibían al pronunciarse ferozmente sobre los atributos, mientras la gárgola se alteraba sin tapujos acordando alborotos ordinarios.